El 1 de junio se estrena, como parte del programa Miradoc, el aclamado documental que visita sets de Pablo Larraín y José Luis Torres Leiva, entre otros.
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En los primeros minutos de Como me da la gana II, Ignacio Agüero explica de qué se trata su documental: Es una continuación de la película homónima que dirigió hace 30 años, cuando se propuso interrumpir rodajes de colegas realizadores, con el fin de saber cómo era hacer cine en la dictadura de Pinochet.
Ahora renueva su método. Los tiempos han cambiado, y en Chile se filma mucho más, con amplia gama de intereses, de búsquedas y de lenguajes. Para la primera parte de Como me da la gana —del año 1985— Agüero acababa de vivir la censura de su película No olvidar, y el cine era un arte que se movía justamente entre la sospecha oficial, la falta de difusión y la escasez de recursos.
32 años después, las dimensiones del cine chileno son otras. Y Agüero las busca y, para eso, visita rodajes de cineastas jóvenes. Pablo Larraín, José Luis Torres Leiva y Marialy Rivas, entre otros, ven ingresar a Agüero en sus sets de grabación, con preguntas relativas al sentido que ellos imprimen en su oficio.
Con esa misma pregunta, también entrevista a Alicia Vega, respetada formadora que fue parte de su documental “100 niños esperando un tren” y dialoga con la montajista Sophie Franca, mientras ambos están precisamente montando el documental.
Sus propias confesiones, las imágenes del primer Como me da la gana y su material de archivo, como imágenes caseras registradas por él en la URSS durante los 80, arman el resto de ese documental, que resulta ser un entrañable homenaje al cine, y una búsqueda de lo “cinematográfico”, en la mirada de uno de los más destacados documentalistas chilenos.
Cómo me da la gana II obtuvo el Gran Premio de la Competencia Internacional del FID Marseille 2016 y el reconocimiento a Mejor Película en la Competencia Iberoamericana del 21º UOFF 2016 (Festival de Cine Internacional de Ourense, España). Además, ha recorrido una larga lista de festivales nacionales e internacionales como la VIENNALE 2016, DOC Buenos Aires 2016, La Habana 2016, BAFICI 2017, Art of the real 2017, evento que se realiza en el Lincoln Center de Nueva York, y Jeonju International Film Festival de Corea del Sur, entre otros.
Se estrenará en salas chilenas el 1 de junio, como parte de Miradoc, programa que difunde el documental chileno a través de un circuito que se extiende por todo el país.
Miradoc es financiado por el Programa de Intermediación Cultural, Convocatoria 2016; y el Fondo de Fomento Audiovisual, Convocatoria 2016; del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.
“Es un ejercicio de creación del espectador”
Ignacio Agüero reconoce que lo que le inspiró a hacer una secuela de “Como me da la gana”, 30 años después, fueron “las ganas de poner en escena lo que estaba pensando sobre el cine después de haber hecho mi película anterior ‘El otro día’”.
El cineasta agrega: “El cine como saltos en el tiempo, en los pensamientos, en el espacio. Esto es lo que hacen todas las películas siempre para contar historias, pero esta vez estos saltos son la materia de la película. Poner en escena el desvarío, como un modo de producir descubrimientos formales que a su vez producen reflexiones y emociones nuevas en el espectador”.
Agüero ironiza con que “Como me da la gana II” es “una película innecesaria”. “Es una película sin objetivo alguno, que resulta del deambular silbando con las manos en los bolsillos, y que, a propósito de ser cineasta, se pregunta, ¿bueno, qué es el cine? Así, ante los ojos del espectador es una película que desnuda el modo cómo se va haciendo, y de ese modo el espectador va participando de una experiencia de preguntas e incertidumbres al modo de un juego, pero un juego muy serio que transforma al espectador en director. Entonces la película es una invitación al espectador a ser cineasta, lo que no es nada especial sino al contrario, es una imitación de la experiencia íntima diaria de cualquier persona que consiste en ser el creador de su propia vida, aunque cueste creerlo porque al mismo tiempo somos obedientes y sumisos a los dictados de los que mandan, que son los dueños de las cosas, los ricos, los poderosos. Entonces, en qué quedamos, ¿somos o no somos los creadores de nuestra propia vida?”.
Para el director, el montaje también es crucial en la creación cinematográfica, por eso incluye en el documental a su colaboradora Sophie Franca. “Es lo que hace a una película. Comienza al momento mismo de imaginarla. Y Sophie colabora conmigo desde el día siguiente de haberla imaginado”.
Agüero remata: “Es una película que hay que verla 2 veces, al menos, pues a la tercera, cuarta y quinta vez se comienza realmente a disfrutarla como un ejercicio de libertad del espectador, o dicho de otra manera, como un ejercicio de creación del espectador”.