Tras duplicar su audiencia en 2015 Miradoc proyecta cuarta versión con nuevos títulos

2 febrero, 2016

La tercera versión de Miradoc duplicó su audiencia el 2015 llevando 47.315 espectadores a ver documentales chilenos de Arica a Punta Arenas. Un crecimiento no sólo de público sino también en espacios de difusión: De 17 se pasó a 22 salas a lo largo del país, las  que mes a mes se llenaron para disfrutar de exitosos films como La once, Allende mi abuelo Allende y Chicago boys.

«Miradoc fue clave para llegar con La once a lugares donde no habríamos llegado de otra manera», así de enfática es Maite Alberdi, cineasta que en los próximos días participará con este documental como finalista de la Competencia Iberoamericana de los Premios Goya, en España.  «Sentimos que fue uno de los espacios donde mejor feedback tuvimos de la audiencia. Fue muy enriquecedor para mí como directora y para las protagonistas que fueron a regiones a presentar la película», comenta .

Es que la descentralización del documental y la articulación  de una red de salas alternativas a lo largo del país es uno de los aspectos más valorados de Miradoc, Programa de exhibición de documentales creado por Chiledoc y financiado por el Consejo de la Cultura y las Artes.  Desde su creación en 2013, ha estrenado 24 documentales chilenos, que en su mayoría no tenían cabida en el circuito comercial, logrando un crecimiento sostenido y una fidelización de la audiencia.

La creación de una red alternativa de exhibición, al trabajo de equipos locales y las visitas de los realizadores a los estrenos en regiones son parte del éxito de Miradoc. «Estamos súper satisfechos y contentos de la experiencia que vivimos, comenta Sebastián Moreno, co-director junto a Claudia Barril del documental Habeas Corpus, estrenado en mayo en todo Chile. «Nos tocó viajar, hacer las presentaciones del documental y conversar después de cada función con el público. Poder experimentar en carne propia las opiniones de la gente de provincia, que ve el país desde la provincia, fue tremendamente enriquecedor», comenta Moreno.

Cifras al alza

Las cifras dan cuenta de este éxito progresivo. En 2013 asistieron 9.160 espectadores, en 2014 fueron 12.013 y en 2015 la cantidad se multiplicó a 47.315 personas que disfrutaron de la oferta programática. 30.561 corresponden a salas MiraDoc, mientras que 17.062 pertenecen a multisalas donde se proyectaron éxitos como Allende mi abuelo Allende, Chicago Boys, Habeas corpus y La once, una de las grandes revelaciones cinematográficas.

“Los resultados superaron con creces nuestras expectativas”, señala Flor Rubina, directora de Chiledoc. «El público a lo largo de Chile demostró interés y empatía con las películas, y la taquilla 2015 se disparó superando con creces la del  año anterior. Consolidamos espacios y audiencias en ciudades como Ovalle, La Serena, Valparaíso, Concepción, Valdivia y Coyhaique, por mencionar algunas. Tuvimos un apoyo extraordinario en todo Chile de las salas y equipos locales, que trabajaron con mucho compromiso para difundir las películas y visitas de los directores», comenta.

Descentralizar la exhibición

Este es uno de los aspectos relevantes para Miradoc y uno de los más valorados por los directores: la descentralización de la exhibición. Para Bruno Salas, director del documental Escapes de gas, «una de las mejores cosas de la fórmula Miradoc es su metodología. Trabajar con salas independientes y con productores y periodistas locales, que conocen cómo funciona cada ciudad,  me parece que eso es lo mejor de la fórmula que desarrolló Miradoc», afirma Salas. Un trabajo que en opinión de Sebastián Moreno, es fundamental para contribuir al desarrollo de una cinematografía y una audiencia local en cada región.

 “Estar de Arica a Punta Arenas de manera estable con obras nuevas y premiadas, durante al menos dos semanas, llevar a los directores para difundir  en terreno y conectarse con el público, ha traído frutos que se relacionan con la valorización del documental como una obra que es alternativa de entretención y genera diálogo, lo cual acarrea también una pequeña fidelización de audiencia, que apreciamos tremendamente”, señala Flor Rubina.

2016: Quilapayún, Isla de Pascua y Torres Leiva

Si bien la programación 2016 aún no está cerrada, Rubina adelanta algunos de los títulos que recorrerán el país durante el año: Quilapayún, más allá de la canción, dirigido por Jorge Leiva y ganador de la competencia chilena en In-Edit; la producción pascuense Te Kuhane o te Tupuna, dirigida por Leonardo Pakarati; y El viento sabe que vuelvo a casa, dirigida por José Luis Torres Leiva y protagonizada por el insigne documentalista Ignacio Agüero.

«Nuestra mayor expectativa es mantener la red de salas que ha ido creciendo, con una cartelera estable o bien con ciclos de estrenos, que permitan al documental chileno estar presente en todo Chile”, asegura la directora. “El desafío es consolidar nuestra audiencia y flexibilizar el modelo de exhibiciones todo lo necesario para ir al encuentro de nuevos espectadores”, concluye Flor Rubina.

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